Cuando se supo recientemente que la ex estrella de "19 niños y contando", Josh Duggar, no tenía una, sino dos cuentas con Ashley Madison, un sitio web que promueve relaciones extramatrimoniales, comenzaron las acusaciones.
Algunos dedos señalaron apropiadamente a Josh. Otros culparon a sus padres y a su "educación religiosa opresivamente estricta". Algunos criticaron a su esposa por ser demasiado sumisa y querer mantenerse firme en su matrimonio en lugar de divorciarse de su lamentable yo. Otros culparon a la "cultura" de crear una atmósfera de aceptación que permitiría que existiera un sitio web como Ashley Madison.
Seamos claros, la única culpa de esta triste historia pertenece a Josh, quien sucumbió a sus tentaciones sexuales y buscó voluntariamente relaciones adúlteras bajo el supuesto de que nunca lo atraparían. El "pecado secreto" de la pornografía socavó su determinación durante años, y luego actuó deliberadamente en base a esas fantasías. (Santiago 1: 14, 15)
Como dice la Escritura, “No os engañéis: Dios no puede ser burlado, porque todo lo que se siembra, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará la vida eterna. ”(Gálatas 6:7-9)
Es fácil apresurarse a juzgar. Muchos se regodean cuando Josh cosecha lo que ha sembrado, una confirmación de su disgusto por su educación aparentemente sana. Incluso los cristianos se sienten tentados a mover los dedos con justicia propia. Pero nuestra respuesta genuina debería ser el quebrantamiento para él y su familia. A pesar de que emitió una disculpa pública, la vida nunca será la misma para su familia.
Sin embargo, Josh Duggar no está solo. La filtración de datos de Ashley Madison no es solo una historia distante de la cultura pop. Más de 30 millones de cuentas fueron expuestas, lo que provocó conmociones en todo el país, ya que surgieron informes escalofriantes de algunos que optaron por terminar con sus vidas en lugar de enfrentar la culpa, la vergüenza y las consecuencias de su pecado.
Dolorosamente, los embarazosos efectos dominó también han salpicado contra nuestras iglesias, a medida que los relatos de cristianos que se profesan a sí mismos salen a la luz. El director ejecutivo de LifeWay Research, Ed Stetzer, incluso estimación de que al menos 400 líderes de la iglesia (pastores, diáconos, personal, etc.) dimitirían un domingo como resultado, algunos públicamente, otros en silencio.
Familias destrozadas. Ministerios arruinados. Iglesias rotas.
De hecho, esto podría ser mucho peor. ¿Y si no fueran solo las cuentas de Ashley Madison las que quedaron expuestas? ¿Qué pasaría si los historiales de navegación en Internet, los registros de visualización de Netflix, las conversaciones de mensajes de texto y las relaciones laborales coquetas se transmitieran para que todo el mundo los viera? Me temo que estaría implicado un número exponencialmente mayor de miembros de la iglesia y pastores.
El pecado sexual es un mal generalizado. La pornografía en Internet y los sitios web como Ashley Madison prometen el anonimato, pero esas promesas son vacías. Como las escrituras say, "Tu pecado te descubrirá". Cualquiera de nosotros es susceptible a tal pecado. Si cree que es impermeable, es posible que esté en mayor peligro.
Entonces, ¿cómo deberían responder los cristianos? Aquí hay al menos cinco formas:
- Examen - La Escritura es clara en cuanto a que debemos estar constantemente en guardia para que el pecado no se establezca en nuestras vidas. Cada uno de nosotros necesita pedirle al Señor que escudriñe nuestro corazón y revele cualquier área de pecado.
- Arrepentimiento - Si tiene una cuenta de Ashley Madison o está atrapado en algún otro "pecado secreto", debe arrepentirse de inmediato. También debe confesárselo a los demás: su cónyuge; su pastor; su iglesia, según corresponda.
- Perdón - Puede encontrarse en el otro extremo, soportando el dolor de un amigo, un pastor, un cónyuge o un miembro de la familia que ha caído en el pecado sexual. Si están verdaderamente arrepentidos, debes perdonarlos como Dios los perdona. Sí, hay consecuencias. Sí, se necesitará tiempo para recuperar la confianza. Pero el amor cristiano exige gracia.
- Responsabilidad - Los que caen deben rendir cuentas de sus actos. Al mismo tiempo, los cristianos deben establecer relaciones de responsabilidad unos con otros, donde indaguemos en la vida de los demás, para alentar la santidad y protegernos contra el pecado.
- Oración - Ore diligentemente por usted, su familia, sus amigos, su pastor y su iglesia. Satanás está merodeando, buscando derribar a los creyentes. Debemos estar en la brecha el uno para el otro y pedirle a nuestro Padre que "nos libere del maligno". La oración es nuestra mejor herramienta contra la tentación del pecado.