Lidero un grupo pequeño en nuestra iglesia. Es un gran grupo de personas en diferentes etapas de la vida que desean una comunidad cercana con la que compartir la vida. Actualmente estamos estudiando juntos el libro de Eclesiastés. Este ha sido un gran desafío para nosotros, ya que pensamos en qué tipo de vida realmente vale la pena seguir.
CT Studd escribió una vez: “Solo hay una vida, pronto pasará, solo lo que se hace por Cristo perdurará”. Esta declaración, junto con el estudio de Eclesiastés, me ha hecho repensar mis prioridades para 2025. Si eres como yo, la vida se vuelve muy ajetreada. Vivir con las presiones que conllevan el trabajo, la familia, las actividades de los niños y todos los demás aspectos de la vida puede resultar abrumador. A menudo, aunque las intenciones del corazón son buenas y están correctamente planteadas, la vida sucede, las prioridades se reorganizan y nos encontramos dedicando más tiempo a buscar cosas buenas que a las cosas grandiosas que deberíamos perseguir.
Permítanme sugerir tres prioridades clave en nuestras vidas que debemos mantener diligentemente en el foco durante el próximo año:
1. Caminar cerca de Dios
En la vida, que es un proceso vertiginoso y siempre caótico, debemos recordar caminar diariamente con Dios. Todos tenemos desafíos, agendas apretadas, exigencias laborales y obligaciones familiares. Estas cosas nos agobian y nos quitan cada momento que tenemos. Si bien todas son necesarias, prioriza pasar tiempo diariamente con Jesús. Serás una mejor persona, amigo, cónyuge, padre y líder si caminas constantemente con Dios.
2. Sea intencional acerca de vivir en misión
Eclesiastés es un buen recordatorio de que la mayor parte de lo que buscamos no tiene valor eterno. ¿Cómo sería nuestra vida si decidiéramos que este es el año en el que nos entregamos a vivir en misión donde Dios nos ha puesto? Sé que la mayoría de quienes leen esto son creyentes que aman a Jesús y a su iglesia. Sin embargo, también sé que podemos perder de vista la misión por cosas que realmente no importan. Te animo a pedirle al Señor que te ayude a vivir en misión este año como nunca antes.
3. Practica la generosidad
A lo largo del año, es probable que Dios te traiga oportunidades inesperadas. Estas vendrán en muchas formas diferentes. También habrá oportunidades en las que podrás ser generoso con alegría. 2 Corintios 9:7 dice: “Dios ama al dador alegre”. Mientras caminas con Dios este año, pídele que te haga generoso. Consciente de las oportunidades de invertir generosamente en las personas para Su gloria. ¡Te cambiará!
Es esencial tener las prioridades correctas. Nos ayudan a mantenernos centrados en las verdaderas razones por las que existimos. Nos dan la oportunidad de aprovechar las oportunidades para marcar una diferencia eterna. No tenemos garantizado el mañana, por lo que debemos hacer que el día de hoy cuente. Te desafío a que reevalúes tus prioridades y, si es necesario, las alinees con las cosas que realmente importan. ¡Te amo y me siento honrado de poder servirte!